Catholic Relief Services (CRS) aplaude la iniciativa de los cinco miembros de la Cámara de Senadores que pidió a la Contraloría General investigar “si la asistencia de Estados Unidos en América Central se está centrando en las zonas con el mayor número de niños y familias que huyen hacia el norte.” CRS considera que, para lograr la máxima eficacia, la ayuda debe ser continua, localizada en ambos lados de la frontera y simultánea en áreas clave como Honduras, Guatemala y El Salvador, también conocidos como el Triángulo del Norte. Los niños no acompañados son provenientes de estos tres países, y representan más del 70 por ciento de los que llegan a la frontera sur de Estados Unidos.
“Los niños no estarían arriesgando sus vidas, abandonando sus comunidades y huyendo solos si no sintieran que es la única manera de escapar de temor y de la pobreza extrema”, dijo Bill O’Keefe, Vicepresidente de Relaciones Gubernamentales de Catholic Relief Services. “Con el fin de llegar a soluciones duraderas, debemos entender primero su realidad.”
En una carta a la Contraloría General, los representantes Eliot L. Engel (D-NY), Chris Smith (R-NJ), Albio Sires (D-NJ), Sean Duffy (R-WI) y Joaquín Castro (D-TX) pidió una revisión de los esfuerzos de Estados Unidos para promover el desarrollo, estado de derecho, y la prevención de la violencia en América central.
“A medida que Estados Unidos sigue proporcionando asistencia extranjera a nuestros socios centroamericanos para abordar las profundas causas de migración reciente, queremos garantizar que el financiamiento está llegando a las comunidades desde las cuales los niños están migrando o podrían migrar en el futuro”, dijo el Representante. Engel en un comunicado.
Nosotros en los Estados Unidos debemos hacer todo lo posible para proteger a los niños no acompañados y ayudarles a encontrar el hogar más seguro. Tenemos que ofrecer un financiamiento adecuado para apoyarlos en sus momentos de necesidad, incluyendo abordar las necesidades de los niños que llegan a los Estados Unidos con la protección de servicios sociales y legales. Sin protección, estos niños son vulnerables a la trata de personas, el secuestro, la extorsión, y otros abusos. Los menores que son repatriados desde los Estados Unidos también requieren de protección especial.
Los Estados Unidos también debe trabajar con las comunidades afectadas para ayudar a prevenir la violencia y apoyar los programas de desarrollo de la fuerza laboral juvenil y fortalecer a las familias a través del “Strong Families Program” (Programa familias fuertes) en Centroamérica para reducir la probabilidad de que los jóvenes se integren a las pandillas así como desarrollar alternativas económicas, programas agrícolas que vinculan a los agricultores con los mercados.
Ahora insta al Congreso para proteger a los niños vulnerables! Firma la petición