Familia Pakistaní Regresa a Su Inundado Hogar

Por Laura Sheahen

Luego de que las aguas subieran en su aldea del sur de Pakistán, Muhammad Idrees pasaba los largos y calurosos días flotando. Muhammad vigilaba su anegada casa desde una balsa improvisada con ramas, en la cual incluso dormía, en los momentos que no estaba espantando mosquitos y serpientes. Su cosecha de trigo había desaparecido; lo mismo que parte de su ganado. Amontonó sus enseres domésticos en medio de la balsa, decidido a conservar lo que pudiera. Sharifa, la esposa de Muhammad, ya había escapado de la aldea en bote con sus tres hijos.

“Yo gritaba porque el bote amenazaba con voltearse,” recuerda Sharifa, de 30 años. Ella se mantuvo en un lugar alejado casi un mes, junto a otras mujeres y niños.

Dos sobrevivientes de las inundaciones en Pakistán hacen frente a la reconstrucción de sus hogares y sus vidas, donde ríos crecidos barrieron con casas, cultivos, puentes y caminos. Foto de Laura Sheahen/CRS

Dos sobrevivientes de las inundaciones en Pakistán hacen frente a la reconstrucción de sus hogares y sus vidas, donde ríos crecidos barrieron con casas, cultivos, puentes y caminos. Foto de Laura Sheahen/CRS

Ahora la familia de cinco miembros ha regresado a su aldea, un pequeño caserío de 60 familias. La aldea entera, separada de tierra firme por una carretera interrumpida por el agua, está cubierta por una gruesa capa de fango salpicada de lagunas no profundas.

Al igual que miles de otros pakistaníes, Muhammad y Sharifa deberán comenzar de nuevo. Su vivienda todavía está en pie, pero temen entrar a ella debido a los daños que sufrió. “Dormimos debajo de un árbol”, cuenta Muhammad.

Catholic Relief Services distribuye ayuda de emergencia a las familias en todo Pakistán. En la región de Muhammad, los paquetes de CRS incluyen lonas, postes y mosquiteros para albergues temporales; junto con jabón, toallas, colchonetas, cubos y tabletas para purificar agua. “Realmente necesitamos los materiales para alojamiento y las colchonetas”, expresa Muhammad. “Y también el jabón”, agrega.

Niños de las aldeas cruzan un puente improvisado tras las peores inundaciones registradas en la historia reciente de Pakistán. Foto de Laura Sheahen/CRS

Niños de las aldeas cruzan un puente improvisado tras las peores inundaciones registradas en la historia reciente de Pakistán. Foto de Laura Sheahen/CRS

En un polvoriento patio de recreo de una escuela, rodeado de cultivos de banana y arroz, padres procedentes de aldeas cercanas esperan su turno por la ayuda mientras hablan acerca de las inundaciones. “El agua llegaba a cuatro pies de altura dentro de nuestra casa”, relata un hombre que perdió su ganado y 1.6 hectáreas de algodón. “El agua todavía está ahí. No podemos regresar a la casa”, se queja.

Mediante socios locales como SAFWCO (en inglés), CRS ha entregado paquetes a 6,000 familias y continuará hasta alcanzar 19,000 familias. Mosquiteros y artículos de higiene ayudarán a los aldeanos a combatir enfermedades como diarrea, afecciones de la piel y otras transmitidas por mosquitos, todos males muy frecuentes luego de inundaciones. Albergues improvisados con postes y lonas los protegerán del sol abrasador que hace subir las temperaturas hasta 43 grados Celsius, o de más lluvias.

Con un cubo y otros artículos, Muhammad Idrees regresa a casa, donde su balsa ahora descansa sobre el lodo. Le tomará tiempo reconstruir lo que ha perdido, pero al menos su familia estará más protegida con los artículos del paquete de CRS: “Todo será de utilidad”.

Laura Sheahen es encargada regional de información de CRS para Asia.

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