Una sequía persistente ha dejado a casi 23 millones de personas en el Cuerno de África sin suficiente para comer. En Sudán del Sur, cientos de miles de personas están tratando de sobrevivir a la hambruna. Casi la mitad del país—o 4.9 millones de personas—está pasando hambre. Ese número crecerá cuando llegue la “temporada de escasez” en julio, justo antes de la cosecha y cuando las reservas de alimentos se agotan.
cap-Mujeres y niños desarraigados por la sequía en Somalia esperan para recibir ayuda de CRS y sus socios. Foto de Mohamed Sheikh Nor para CRS
La última hambruna declarada en el mundo, que duró de 2010 a 2012 en Somalia, resultó en 260,000 muertes.
La sequía se ve agravada por décadas de violencia que muchos esperaban terminara en 2011 con la independencia del país. En su lugar, una guerra civil estalló y millones se han visto obligados a abandonar sus hogares y parcelas. Muchos han huido a los países vecinos.
Mientras tanto, en Somalia, también plagado por décadas de disturbios civiles, el recién elegido gobierno ha declarado la actual sequía como una emergencia nacional, con lluvias en los últimos dos años que han sido insuficientes o, en muchos lugares, inexistentes. Las Naciones Unidas están advirtiendo que sin suficiente lluvia para finales de abril, el hambre también es probable ahí.
La Cruz Roja en Kenia dice que 2.9 millones de personas están sufriendo hambre severa. Y en Etiopía, 5.6 millones de personas dependerán de la ayuda alimentaria hasta la próxima cosecha.
Cómo ayudar a Catholic Relief Services
Sudán del Sur
Catholic Relief Services está proporcionando ayuda alimentaria a cientos de miles de personas en el estado de Jonglei, donde hay hambre severa, pero la hambruna no ha sido declarada. “En realidad, sólo hay una diferencia marginal en lo mal que están las personas”, dice Jerry Farrell, representante de CRS en Sudán del Sur. CRS proporciona alimentos a cambio de mano de obra para construir infraestructura comunitaria como diques y carreteras, y suministramos ayuda alimentaria directa cuando la violencia impide el trabajo en estos proyectos.
“Al final, la comunidad recibe comida, y tiene nuevas carreteras u otros activos—un beneficio para toda la comunidad. Trabajar juntos también fortalece el tejido social en un país que ha conocido décadas de guerra”, dice Farrell.
En asociación con el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, CRS lanza desde el aire suministros de alimentos a las zonas que son difíciles de alcanzar debido a la inseguridad o la falta de infraestructura. El personal de CRS entonces camina durante días para llegar a esos lugares, y coordina la distribución de alimentos.
“Hay un exceso de alimentos en el mundo, pero es un reto logístico llevar comida a los lugares correctos en el momento adecuado”, dice Farrell.
CRS también enseña a las personas a reparar los pozos, una fuente de agua.
“Respondemos a emergencias porque somos una organización humanitaria, pero también entendemos que, al final del día, las personas merecen dignidad y respeto por sí mismas, y eso requiere un enfoque más amplio”, dice Farrell. Además de distribuir alimentos, agua y servicios de salud, CRS proporciona suministros incluyendo semillas, herramientas y redes de pesca.
Si la gente tiene un medio de cosechar o pescar, significa que después de que tengan suficiente para comer, ellos siembran o pescan. De esta manera, podemos evitar tener la misma conversación dentro de un año. Desarrolla la capacidad de recuperación de las personas y no es tan caro”.
Somalia
Batulo Mad Abdirahman carga a dos de sus hijos mientras ella busca ayuda médica para ellos. Fueron dearraigados por la sequía en Somalia. Foto de Mohamed Sheikh Nor para CRS
En Somalia, CRS utiliza fondos del gobierno de los Estados Unidos para proporcionar ayuda alimentaria de emergencia a los desplazados por la violencia y la amenaza del grupo extremista islámico al-Shabaab. CRS también ayuda a un número creciente de refugiados climáticos. Ofrecemos dinero en efectivo, transferido a través de teléfonos móviles, permitiendo a las personas en las zonas rurales afectadas por la sequía comprar alimentos y agua.
La respuesta a emergencias de CRS se centra en las zonas rurales del centro-sur de Somalia y cerca de la frontera con Kenia para ayudar a evitar que los agricultores—muchos cuyo ganado está muerto o muriendo—abandonen todo y emigren a campamentos temporales sobrepoblados y forzados para personas desplazadas.
Kenia
En Kenia, CRS ayuda a mejorar el acceso de las familias al agua en algunas de las regiones más áridas del país. Este trabajo, también financiado por el gobierno de los Estados Unidos, incluye proporcionar agua a los animales y usar innovaciones como sensores solares que indican cuándo los pozos están bajos. En los próximos meses, CRS espera aprovechar esta base para ayudar a las familias rurales—tanto los agricultores como los pastores—a hacer frente a la sequía y evitar conflictos violentos por los escasos recursos.
Etiopía
CRS se está asociando con el gobierno de Etiopía para proporcionar ayuda alimentaria a cambio de trabajo en carreteras en comunidades rurales. El objetivo final es que la gente salga de la pobreza extrema y se vuelva autosuficiente.
Si bien este apoyo ha ayudado a muchas personas a través de una devastadora sequía causada por El Niño el año pasado, la grave escasez de alimentos y agua continúa afectando a partes del sur de Oromía y las regiones somalíes. CRS está ayudando a cerca de medio millón de personas a través de la ayuda alimentaria de emergencia y la distribución del agua.