Desde que nuestro Santo Padre lanzó la campaña Compartiendo el Viaje, nos hemos unido como una Iglesia para amar a nuestros vecinos necesitados. Específicamente, para la promoción, han sido unos meses ocupados. Y, los católicos y otros hermanos de buena voluntad han sido extremadamente vocales en muchos asuntos importantes.
En primer lugar, se comunicó con la actual administración y el Congreso, instándolos a aumentar el número de refugiados que nuestra nación aceptará en el año 2018. Y seguiremos trabajando para garantizar el reasentamiento de más refugiados.
Luego, se le informó al Congreso que apoye una solución legislativa para los Dreamers, los jóvenes que enriquecen nuestras comunidades, y conocen a los Estados Unidos como su único hogar. Se le solicitó al Congreso que cree un camino hacia la ciudadanía para ellos al aprobar el Dream Act (H.R. 3440 / S. 1615).
También se habló en nombre de nuestros hermanos y hermanas de El Salvador, Haití y Honduras que tienen un estatus de protección temporal. El TPS es una disposición humanitaria que protege a las personas de circunstancias que escapan de su control y garantiza que no tendrán que regresar a circunstancias peligrosas o mortales. Les permite vivir vidas seguras y productivas con sus familias en los Estados Unidos. Las familias serán destrozadas si el TPS no se extiende. Algunos beneficiarios del TPS han estado viviendo en los Estados Unidos por más de 15 años, y más de 270,000 ciudadanos de los Estados Unidos han nacido con los beneficios del TPS. El TPS se extendió 6 meses para los beneficiarios de Honduras pero, desafortunadamente, no fue extendido para nuestros hermanos y hermanas de Haití. Se espera una decisión sobre los beneficiarios del TPS de nuestros hermanos de El Salvador a principios de enero.
Finalmente, caminamos con inmigrantes y refugiados e instamos al Congreso a proteger la ayuda exterior que salva vidas en el presupuesto y las asignaciones del año fiscal 2018. Gracias por continuar actuando para apoyar a nuestros hermanos y hermanas en movimiento al presionar a los legisladores para que financien las cuentas centradas en la pobreza dentro del presupuesto de asuntos internacionales.
