Por Kim Pozniak y Sara A. Fajardo
Amy Hilleboe ha trabajado en los programas de preparación y respuesta a emergencias de Catholic Relief Services (CRS) desde 1993. Se pasa la mayor parte de su tiempo en el diseño e implementación de programas que ayudan a las comunidades a prepararse para los desastres y responder a los mismos. CRS reconoce la importancia de invertir en preparación para emergencias. Se estima que cada dólar gastado en preparación ahorra entre 3 y 7 dólares en respuesta a desastres. Y, más importante aún, la preparación para emergencias salva incontables vidas.
- Kim Pozniak y Sara A. Fajardo:
- ¿Qué es la reducción del riesgo en caso de desastres?
- Amy Hilleboe:
- Es reconocer que la gente vive en zonas propensas a desastres y trabajar con las comunidades para reducir su impacto. Aquí, en los Estados Unidos, se comienza a crear conciencia y a prepararse para las emergencias a temprana edad.Dependiendo de la región, aprendemos qué hacer en caso de terremoto, huracán o tornado. Desde pequeños se nos enseña, en las escuelas y por televisión, a buscar la puerta cuando hay un incendio, a colocarnos debajo de un escritorio en caso de terremoto, a parar-caer-rodar en caso de que nuestra ropa se prenda fuego.Esto no sucede en el mundo en desarrollo. Esto no forma parte de la educación básica de las personas.Parte de la misión de CRS es ayudar a las comunidades a desarrollar un plan de emergencia para que puedan tomar decisiones que las ayuden a minimizar la devastación que desencadenan los desastres naturales.Al ocurrir un desastre, hay quienes disponen de los recursos para simplemente empacar e irse, mientras aquellos que carecen de esos recursos deben quedarse a afrontar la tormenta. CRS comienza el proceso de reducción de los riesgos de desastre reconociendo que las personas tienen medios para responder a una emergencia. Ayudamos a las comunidades a elaborar planes de respuesta que incluyan a todos. Trabajamos con la gente para entender la naturaleza del desastre, organizar una respuesta colectiva y establecer sistemas de alerta y rutas de evacuación.
- Pozniak y Fajardo:
- ¿Qué generó que CRS viera la necesidad de incluir la reducción de los riesgos de desastre como parte de nuestros esfuerzos de asistencia humanitaria?
- Hilleboe:
- Hace unos 10 o 15 años, comenzamos a tomar más en cuenta la capacidad de las personas y lo que podían hacer ellos mismos a su favor. Nos dimos cuenta de que sería más efectivo si las comunidades fortalecieran su propio sistema de planificación para desastres y lo implementaran, en lugar de esperar que nosotros respondiéramos a los desastres después de ocurridos.Reconocimos también que necesitábamos proteger los avances de reducir la pobreza que habíamos alcanzado e incluir planes de contingencia para ayudar a reducir los daños causados por un desastre. Un desastre que dura apenas minutos en producirse, toma años para que las comunidades se recuperen.Por ejemplo, si instalamos un sistema de suministro de agua durante la temporada seca y lo colocamos en el lugar más lógico, cerca de la comunidad, tal vez no tomamos en cuenta que el área podría inundarse cuando comenzaran las lluvias. Eventualmente, cuando se inunda, entonces el pozo se volvería inútil. Si es un pozo abierto, el agua se contaminaría. Si es una bomba sumergida, la gente no podría tener acceso al pozo.Hay una sencilla solución al problema de las inundaciones: en lugar de colocar la bomba de agua a ras del piso, la elevamos sobre una base alta de cemento con escalones, así el agua potable permanece por encima del nivel de la inundación, segura y accesible. CRS hace esto mismo con las letrinas, para que no haya que reconstruirlas totalmente después de las inundaciones.
- Pozniak y Fajardo:
- ¿Cómo decide CRS dónde se necesita reducción de riesgo en caso de desastres?
- Hilleboe:
- Hacemos lo que se llama “mapeo de riesgos” y buscamos las áreas vulnerables que han sido impactadas repetidamente por desastres naturales. Estas comunidades no han tenido tiempo de recuperarse de un desastre cuando ya tienen que afrontar el siguiente. Si no tomamos en cuenta este fenómeno natural, cualquier trabajo realizado puede ser destruido antes de que llegue el próximo monzón o huracán, o la próxima inundación. Las comunidades se ven impedidas de progresar rápidamente porque tienen que estar reconstruyendo constantemente en lugar de avanzar.
- Pozniak y Fajardo:
- ¿CRS diseña su enfoque especializado para cada comunidad?
- Hilleboe:
- Sí, lo hacemos. Es la comunidad la que se hace cargo. Este enfoque tarda más porque no somos nosotros quienes lo hacemos por ellos. En su lugar, los ayudamos a elaborar sus propios planes de emergencia. Trabajamos para desarrollar la capacidad de la comunidad en conjunto.Con frecuencia los líderes naturales se ofrecen de voluntarios, pero para que esto funcione CRS requiere la plena participación de la comunidad. Esto significa mujeres, personas con discapacidades y niños. Cada grupo tiene diferentes necesidades. Los niños, por ejemplo, han expresado su preocupación de perder días de clase, así que tratamos de ayudar a la comunidad a planear un local alternativo en caso de que la escuela se inundase.También vinculamos comunidades con las oficinas nacionales de preparación y respuesta a emergencias y las ayudamos a entender el papel del gobierno en el accionar en caso de desastres. En una zona de la India, por ejemplo, un dique de un río se estaba erosionando, lo que causaba que el río penetrara las aldeas, causando inundaciones. No sabían que podían pedirle ayuda al gobierno. Con nuestra orientación, miembros de la comunidad afectada se acercaron a los funcionarios correspondientes y pudieron obtener la asistencia necesaria para reforzar el dique, detener la erosión y evitar futuras inundaciones.
Sara Fajardo es la asociada de comunicaciones de la región de América Latina y el Caribe para Catholic Relief Services. Kim Pozniak es la asociada de comunicaciones de las Operaciones en los Estados Unidos para Catholic Relief Services. Ambas tienen su oficina en la sede mundial en Baltimore, Maryland.