WASHINGTON- 14 de agosto del 2019. A través de una carta de la Oficina de Administración y Presupuesto (OMB, por su sigla en inglés) al Departamento de Estado y a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por su sigla en inglés), la Administración congeló entre 2 y 4 mil millones de dólares que el Congreso aprobó, y que la Administración promulgó para los programas de desarrollo y diplomacia de los Estados Unidos. Si bien OMB ha derogado la congelación de los fondos, este es el primer paso de una posible rescisión de los fondos asignados, pero “no comprometidos”, que aún no se han destinado a un contrato o proyecto específico para 10 cuentas del Departamento de Estado y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional.
El Reverendísimo Timothy P. Broglio, presidente del Comité de Justicia y Paz Internacional de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por su sigla en inglés) y arzobispo de los Servicios Militares de los Estados Unidos, y Sean Callahan, presidente ejecutivo de Catholic Relief Services, emitieron la siguiente declaración oponiéndose a estos recortes:
“Las iglesias locales y Catholic Relief Services colaboran con el gobierno de los Estados Unidos para reducir la pobreza, aliviar el sufrimiento y fomentar la paz en todo el mundo. Rescindir algunos de estos y otros fondos internacionales para reducir la pobreza limitará la capacidad de los Estados Unidos de apoyar a las comunidades pobres y vulnerables, responder a los desafíos de salud mundial, abordar las causas fundamentales de la migración forzada y promover la libertad religiosa internacional, la seguridad global y el mantenimiento de la paz. Desde Centroamérica hasta Cisjordania y Gaza, las decisiones políticas de los Estados Unidos que reducen la ayuda exterior ya aumentan la pobreza y crean un vacío para la inestabilidad.
Instamos al Gobierno a que no rescinda los fondos de ayuda exterior. Instamos al Congreso a rechazar cualquier rescisión que tenga como objetivo las cuentas de reducción de la pobreza y consolidación de la paz y requiera que el Gobierno comprometa los fondos previamente asignados. Los conflictos y las crisis hoy en día son terribles. El liderazgo moral y financiero de los Estados Unidos es necesario”.