Lo que hacemos
CRS se enfoca en la educación para los niños más vulnerables y marginados. Analizamos y priorizamos las intervenciones que tendrán el mayor impacto en llegar a las niñas, niños que trabajan, niños con discapacidad y otros. CRS consigue que los niños vayan a la escuela y los ayuda a tener éxito al abordar sus necesidades específicas y al crear un entorno de aprendizaje de apoyo.
Cada grupo con el que trabajamos es único y requiere un enfoque diferente. Trabajamos para mejorar los sistemas y las estructuras educativas para las adolescentes en Etiopía; para evitar el abandono escolar de niños trabajadores en Ecuador y Guatemala; para garantizar entornos escolares seguros y protectores para los huérfanos y niños altamente vulnerables en Kenia, y para ayudar a los maestros y las comunidades a atender mejor a niños con discapacidad en la región del Mekong.
Cómo lo hacemos
• Inclusivo: Cada niño merece una oportunidad. Promovemos la educación inclusiva, que ha sido reconocida internacionalmente como una filosofía para lograr equidad, justicia y educación de calidad para todos los niños. Esto es especialmente cierto para aquellos que tradicionalmente han sido excluidos de la educación general por razones de discapacidad, origen étnico, género, etc.
• Adaptado: Ayudamos a garantizar entornos escolares amigables para los niños. Nos aseguramos de tener en cuenta y abordar las desigualdades que puedan existir entre hombres, mujeres, niños y niñas.
• De varios niveles: CRS ha apoyado programas de alimentación escolar desde 1958. A mediados de los años noventa, CRS amplió sus programas al combinar la alimentación escolar con actividades educativas que se centran en mejorar la calidad de la educación, el acceso de las niñas a la educación, el apoyo a los maestros, la educación y servicios de salud/higiene para los estudiantes, la mejora de la infraestructura escolar y una mayor participación de los padres y la comunidad en las escuelas. Los participantes en estos programas ampliados de alimentación escolar son principalmente estudiantes de preescolar y primaria en regiones rurales con inseguridad alimentaria.
• Enfocado: A corto plazo, la alimentación escolar alienta a los niños a inscribirse en la escuela y asistir regularmente porque reciben una comida en la escuela. A través de la comida escolar, los niños reciben nutrientes esenciales, que mejoran su capacidad de aprender. Esta comida también es un incentivo para que los padres envíen a sus hijos a la escuela porque saben que sus hijos comerán bien en la escuela y que no tendrán que usar fondos familiares limitados y tiempo para preparar una comida de mediodía. Los programas de alimentación escolar también ayudan a cumplir los objetivos de educación y seguridad alimentaria a largo plazo. Con el tiempo, se ha demostrado que las inversiones en educación, especialmente para las niñas, mejoran la salud y los ingresos familiares y ayudan a garantizar la seguridad alimentaria para las generaciones futuras.