Ponte en forma para Dios

Ponte en forma para Dios

Padre Rafael Capó

Cuando comencé mi sacerdocio, el gimnasio se convirtió en un lugar muy especial para mí, porque me permitía hacer un llamado a los jóvenes a estar en forma en cuerpo, mente y espíritu. Allí, casi todos los días había alguien con una pregunta, incluso pidiendo una confesión.

Empecé a levantar pesas cuando estaba en la escuela secundaria. Desde mi niñez en Puerto Rico comencé a sentir el llamado de Dios en mi vida. Un día fui seleccionado en mi escuela preparatoria para asistir a la primera Jornada Mundial de la Juventud de la Iglesia católica en Roma. Aunque ya para ese entonces sentía que podía tener una vocación, me resistí a la idea.

Durante la visita a un santuario en Roma, alguien le robó una bolsa a uno de los acompañantes de mi grupo y entonces recé a solas en el santuario y dije: “Oh Señor, si me llamas a ser sacerdote, dame una señal. Haz que aparezca esa bolsa”. Nunca encontraron la bolsa. Entonces me di cuenta de que la señal más grande que Dios me estaba dando era él tocando a mi puerta. Y en lo más profundo de mi ser le dije que sí y me entregué a servir a Dios.

Fui uno de los primeros en adoptar Instagram en 2010 y comencé a compartir contenido motivacional con citas bíblicas, hacer conexiones con el gimnasio, con el ministerio para jóvenes y ser accesible a todas las personas. Hoy tengo seguidores de todo el mundo. Ha sido una bendición, porque he tenido la oportunidad de tocar muchas vidas, a través de las redes sociales, particularmente, las de los jóvenes. Ellos me piden consejo a través de mensajes directos o comentarios en Instagram.

He estado apoyando a Catholic Relief Services (CRS) durante más de 10 años, a nivel personal, y apoyando varias de sus iniciativas humanitarias a nivel global. Después de una de las Jornadas Mundiales de la Juventud, llevé a una delegación de jóvenes a Río de Janeiro. Nuestros muchachos regresaron diciendo: “Padre, necesitamos ser misioneros, porque Dios nos ha amado. Necesitamos hacer algo por los demás”.

Y pensamos: “pidamos apoyo a CRS”. Juntos trabajamos en un programa de líderes locales para servir a los demás. Brindamos apoyo social para fomentar medios de vida sostenibles para comunidades en Bolivia. Los jóvenes se sintieron empoderados porque lo hicieron ellos mismos.

Mientras celebramos el Mes de la Herencia Hispana en los Estados Unidos, lo que más me enorgullece de mi cultura latina es la alegría, la familia, la comunidad, la fiesta, el servicio, las salidas, la creación de lazos. Todas son cosas que forman parte de lo que somos y son gran parte de cómo me conecto con otros y vivo mi fe.

Yo vivo mi fe extraordinariamente cuando soy testigo del amor de Dios. Eso es lo que quiero compartir con todos: un mensaje de esperanza porque soy hijo de Dios, él me ama y quiero ser testigo de ello.

El ejercicio me ha enseñado cómo conectar cuerpo, mente y espíritu, y ser testimonio de las bendiciones que Dios ha hecho en mi vida. Y como toda cosa buena es contagiosa, he logrado atraer a otros al Evangelio.

Dios te llama a vivir tu fe de manera extraordinaria y ser luz en la vida de los demás, en especial de los más necesitados. Únete a CRS para hacer una diferencia.

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