Por Jen Hardy.
En Filipinas, principios de noviembre significa que las fiestas de Navidad están a punto de entrar a toda marcha. Para la familia Bretenia, principios de noviembre de 2013 en su lugar trajo algo que destruyó vidas. El súper tifón Haiyan azotó a través de su comunidad en Palo destruyendo casas, trabajos y familias.
Los Bretenia tuvieron suerte de escapar con vida. Sin embargo, su enfoque rápidamente cambió de gratitud hacia la recuperación.
Inmediatamente después de la tormenta, la familia de 11 miembros se alojó en una tienda de campaña provisional que sólo era lo suficientemente grande para que los niños durmieran en ella—los adultos permanecieron afuera en la lluvia. Ahora, gracias a Catholic Relief Services, tienen una casa resistente con capacidad para alojar a su numerosa familia. Y están aplicando las técnicas de construcción que aprendieron a través de CRS a sus propios proyectos, en particular una barraca que construyeron cerca de su parcela.
Esta familia unida es sólo una de 20,000 familias que se benefician de los refugios seguros y duraderos que CRS construyó después del súper tifón Haiyan. Decenas de miles más se han beneficiado de programas de efectivo-por-trabajo, y programas de agua, saneamiento y asistencia de higiene. Diez mil familias ahora cuentan con inodoros que funcionan bien a pesar del terreno irregular y mesas de agua altas.
Los Bretenia, y tantas familias como ellos, fueron fieles acerca de la construcción de sus nuevos hogares con la seguridad en mente. Y CRS fielmente aseguró que los ingenieros aprobaran todas las etapas de cada casa nueva y reparada. Esa lealtad reunió a las comunidades, funcionarios y partidarios de CRS para lograr un éxito humanitario descomunal.
Abegail Bretenia, de 16 años, está feliz de que su familia tuvo la flexibilidad para construir su casa de una manera que permite que 11 personas puedan dormir cómodamente. Un refugio hecho en serie podría haber sido más fácil de inspeccionar por parte de personal de CRS, pero habría dejado a su familia extremadamente apretada y sin privacidad. En su lugar, subsidios en efectivo escalonados de CRS, en combinación con las inspecciones constantes de los ingenieros, permitieron a los Bretania construir una casa que se adapta a su numerosa familia.
Además, un programa de medios de vida de CRS ayudó a su padre, Fernando, volver a la agricultura poco después de la tormenta. El dinero que ganaba vendiendo verduras complementó sus subsidios de vivienda, dando a su familia suficiente dinero para construir una casa sencilla con un primer piso de concreto y un segundo piso de bambú.
Hoy en día, Fernando da prioridad a gastar dinero en la educación de sus hijos y alimentos nutritivos. Después de la tormenta, él pasó hambre para asegurar que sus hijos comieran. Y él fielmente tiende su parcela bajo el calor del sol para comprar arroz y delicias ocasionales para sus hijos. Abegail es apasionada cuando describe los sacrificios de su padre por ella y sus hermanos.
“Estoy muy agradecida, especialmente a mi padre,” dice Abegail. “Nuestra casa es fuerte gracias a él. A pesar de que no somos ricos, estamos cómodos porque mi familia puede satisfacer sus necesidades.”
Han pasado dos años desde que Haiyan cambió la vida de tantas familias en todo el centro de Filipinas. En el segundo aniversario de Haiyan, el mismo personal de CRS que dio entrevistas en medios de comunicación internacionales están de vuelta en el campo, ayudando a los sobrevivientes del tifón Koppu, que azotó la isla filipina norteña de Luzón en octubre de 2015.
Mientras que el daño no fue tan grave como Haiyan y la cifra de muertos por suerte fue pequeña, las familias necesitan ayuda para reparar sus casas y los trabajadores agrícolas necesitan ingresos hasta que se vuelvan a sembrar cultivos. No hay medios de comunicación, no hay una mayor atención—y, sin embargo CRS está ahí, ayudando fielmente a los necesitados.
Impacto a la fecha
Fase de emergencia (los primeros 3 meses)
CRS apoyó a 40,000 familias—200,000 personas—con refugio de emergencia, agua potable y saneamiento. En estrecha colaboración con las comunidades y nuestros socios de Cáritas, CRS proporcionó lo siguiente:
- 42,921 kits de materiales para refugios de emergencia
- 35,620 kits de agua, saneamiento e higiene
- Grifos y contenedores de agua para 13,120 personas
- Actividades de efectivo-por-trabajo que eliminaron 3,991 toneladas de escombros
Fase de transición (años 1 y 2)
Refugio: CRS apoya la reparación y reconstrucción de viviendas a través de capacitaciones técnicas, materiales, ayuda en efectivo y la construcción. De esta manera, ayudamos a las comunidades a construir casas seguras, duraderas y resistentes a los desastres. Capacitamos a los carpinteros y les proporcionamos las herramientas esenciales. El diseño de los refugios incluye letrinas y fosas sépticas para garantizar ambientes limpios e higiénicos. CRS también ha reubicado a familias a zonas más seguras, donde viven con familias anfitrionas o reciben apoyo para alquilar apartamentos que están a salvo y seguros.
A la fecha: 20,007 familias—más de 100,000 personas—han recibido apoyo para reconstruir y reparar sus viviendas.
Medios de vida: CRS y Cáritas están trabajando con las familias para ayudarles a fortalecer y estabilizar sus ingresos. Los estamos ayudando a restablecer sus activos y diversificar las opciones de empleo ofreciendo capacitación profesional en las pequeñas empresas, la agricultura, la ganadería, la pesca y acuicultura o la jardinería.
A la fecha: 8,655 personas—nuestra meta es llegar a 9,000—han conseguido volver a trabajar con ayuda en efectivo o apoyo técnico. De los que están empleados, el 48 por ciento son mujeres.
Agua, saneamiento e higiene: Cada persona que recibe el apoyo de refugio de CRS es elegible para recibir una letrina si fue dañada o destruida durante el tifón. Estos esfuerzos son parte de una iniciativa más amplia para lograr el saneamiento total en las zonas afectadas por el tifón, y para trabajar con el gobierno local para encontrar soluciones a largo plazo para la gestión ambiental y de residuos.
A la fecha: 7,744 letrinas domésticas construidas o reparadas; 17,230 personas asistieron a las capacitaciones o campañas de promoción de higiene de CRS; 60 escuelas se beneficiaron de las estaciones de lavado de manos. Finalmente, las instalaciones de lavado de manos van a beneficiar a 97,000 personas.
Mirando hacia el futuro: Fase de recuperación (del año 3 en adelante)
Durante los próximos tres años, CRS apoyará a las familias que viven en las zonas peligrosas a lo largo de la costa de la ciudad de Tacloban, ayudándoles a trasladarse a viviendas permanentes cerca. También vamos a ayudar a las comunidades a mejorar su preparación y reducción de riesgo de desastres en el futuro, y vamos a continuar fortaleciendo la recuperación económica de las familias.
Si deseas continua ayudando a las familias afectadas por el tifón haiyan , dona aquí