San Antonio de Padua fue un destacado predicador y teólogo de la Edad Media, reconocido por su extraordinario don de hacer milagros y como uno de los santos más populares de la Iglesia Católica.
Se le conoce como “el patrono de los pobres” gracias a la compasión que demostraba por las personas más necesitadas, a quienes dedicó su vida. También es conocido como “el santo de los milagros” debido a la gran cantidad de prodigios que se le atribuyen.
Curiosamente, San Antonio no es originario de Padua y su nombre de pila no fue Antonio. Nació en Lisboa, Portugal, en 1195, con el nombre de Fernando de Bulloes y Taveira de Azevedo, en una familia noble que vivía cerca de la Catedral donde estudió sus primeros años.
Fue un orador extraordinario que atrajo a muchos a conocer la fe. Desde joven mostró una gran inteligencia y vocación religiosa. A los 15 años ingresó a los Canónigos Regulares de San Agustín, pero años después siguió los ideales de San Francisco de Asís, adoptando el nombre de Antonio.
Alrededor del 1229 llegó a Padua, Italia, donde su labor y carisma le ganaron el amor de todos. En esta ciudad falleció el 13 de junio de 1231, fecha que se reconoce como el día de San Antonio, festividad litúrgica en su honor. Fue canonizado el 30 de mayo de 1232.
Biógrafos italianos indican que San Antonio de Padua presenció una aparición del Niño Jesús, a quien sostuvo en sus brazos. Por esto, en las imágenes el santo suele ser representado junto al Niño.
Hoy, este venerado santo continúa inspirando con sus palabras a los fieles católicos de todo el mundo. Aquí te compartimos algunas de sus frases más conocidas. Reflexiona con ellas y, después, descarga la oración a San Antonio de Padua.
“Las acciones hablan más que las palabras; deja que tus palabras enseñen y tus acciones hablen”.
“El espíritu de la humildad es más dulce que la miel, y aquellos que se nutren de su miel producen dulces frutos”.
“Tan pobre como es la mesa que carece de pan, así la vida más ejemplar resulta vacía, si le falta amor”.