Lo que hacemos
La nutrición adecuada en los primeros 1,000 días (desde la concepción hasta los 2 años de edad) de la vida de un niño es fundamental para el crecimiento y el desarrollo. Las prácticas de alimentación inadecuadas y la exposición a enfermedades pueden dejar a los niños atrofiados, lo que se asocia en la edad adulta con la pobreza, las habilidades cognitivas más bajas y, para las mujeres, un mayor riesgo de muerte materna.
Los programas de hambre mundial de CRS involucran a socios, gobiernos, familias y comunidades para abordar los factores que causan la desnutrición infantil mediante el empleo de intervenciones efectivas y de bajo costo. Nuestra programación de nutrición abarca muchos sectores, incluidos el agua, la salud, la consolidación de la paz, la agricultura y la educación.
Cómo lo hacemos
- Mayor acceso a servicios de calidad: CRS trabaja con una amplia gama de proveedores de servicios de salud públicos, privados y religiosos para fortalecer los servicios que respaldan la buena nutrición para las familias. Algunos de estos servicios incluyen el apoyo de la lactancia para las madres, el control del crecimiento de los niños, la capacitación sobre la preparación y el almacenamiento adecuados de los alimentos y el control de las enfermedades crónicas.
- Comunidades comprometidas: CRS trabaja con las comunidades para que puedan asumir la responsabilidad de la nutrición de niños, madres y mujeres embarazadas en la comunidad. Los ayudamos a abordar las causas de la desnutrición crónica y abogar por mejores comportamientos y servicios.
- Mejorando las prácticas de nutrición en el hogar: los programas de nutrición de CRS utilizan estrategias de comunicación para el cambio social y conductual altamente efectivas para ayudar a los miembros de la familia a participar en prácticas óptimas de salud y nutrición. Algunos ejemplos de nuestras herramientas incluyen audiolibros que promueven prácticas de nutrición óptimas para poblaciones de baja alfabetización, marcadores gigantes de la comunidad para rastrear el número de lactantes amamantados exclusivamente para fomentar la lactancia materna exclusiva y los cuencos de alimentación, que ayudan a los padres a medir cantidades adecuadas de alimentos para su niños en cada comida.
