BALTIMORE, MARYLAND, 21 de septiembre de 2022 – Mientras se reúne la 77.ª Asamblea General de las Naciones Unidas en la ciudad de Nueva York, Bill O’Keefe, vicepresidente ejecutivo de Misión, Movilización e Incidencia Ciudadana de Catholic Relief Services (CRS), emitió la siguiente declaración:
“Mientras los líderes mundiales se reúnen en Nueva York para la Asamblea General de la ONU, innumerables familias desde África Oriental hasta Afganistán se reúnen alrededor de sus mesas, sin tener nada que comer. Impulsada por la guerra en Ucrania, el cambio climático y otros factores, el hambre en el mundo se ha disparado a un ritmo sin precedentes. Sin embargo, la financiación humanitaria, que es una de las formas de proporcionar alimentos rápidamente a grandes poblaciones, lamentablemente se ha quedado corta.
Tomemos, por ejemplo, a Afganistán, donde más de la mitad de la población sufre hambre severa, pero donde se ha cubierto menos de la mitad de la financiación humanitaria. Estamos viendo las mismas brechas de financiación en Somalia y Sudán del Sur. Instamos a los estados miembros de la ONU a cerrar tales brechas aumentando su apoyo a corto y largo plazo para los países con inseguridad alimentaria, especialmente a aquellos que se debilitan ante el calentamiento del planeta.
Una mujer de Etiopía describió el hambre a nuestro personal de esta manera: «El combustible del ser humano es la comida: para estar de pie, para caminar, para trabajar, incluso para hablar. Cuando tengo hambre, mi corazón está cansado. Mi estómago se siente enfermo. Pierdo mi capacidad de pensar o comunicarme. Pierdo mi poder. Solo puedo dormir».
Se nos está acabando el tiempo para actuar y ayudar a esta mujer, y para ayudar a tantos otros. Sabemos lo que tenemos que hacer. Ahora debemos hacerlo antes de que sea demasiado tarde”.