BALTIMORE, MARYLAND, 5 de mayo de 2022 – Con las Naciones Unidas proyectando que más de 8 millones de personas huirán de la guerra en Ucrania, Catholic Relief Services (CRS) está ampliando su respuesta a la crisis humanitaria de Ucrania a 10 países.
“La gente todavía está cruzando las fronteras hacia Moldavia y los países vecinos, y aún necesitan una comida caliente, un lugar donde quedarse e información sobre qué servicios están disponibles para ellos”, dijo Conor O’Loughlin, representante de país de CRS para Moldavia y Ucrania. “Pero al mismo tiempo, las personas que han estado aquí durante meses deben comenzar a prepararse para una estadía más prolongada de lo que habían planeado. Hay millones de nuevos refugiados en varios países diferentes y todos necesitan apoyo con vivienda y otros servicios. Esto requiere el tipo de respuesta a gran escala que estamos brindando”.
Los países donde CRS y Cáritas están apoyando a las personas desplazadas ahora incluyen Ucrania, Polonia, Hungría, Moldavia, Rumania, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Montenegro y Bosnia y Herzegovina.
“Si bien muchas familias esperan poder regresar a Ucrania, no es seguro para ellas hacerlo en este momento”, dijo O’Loughlin. “Eso significa que tienen que decidir si se quedan donde están o se mudan a otro país de Europa. Y no importa dónde decidan quedarse, tienen que encontrar trabajo y averiguar a dónde irán a la escuela sus hijos. A menudo tienen que tomar esas decisiones sin sus cónyuges, que permanecen en Ucrania. El estrés continuo de estas decisiones es agotador”.
Desde que estalló la guerra en febrero, la mayoría de los refugiados han estado viviendo con familiares o amigos o están alquilando apartamentos o casas. Sin embargo, más de tres meses después, sus recursos están disminuyendo. Las personas más vulnerables viven en centros colectivos, que no están destinados a apoyar a las familias durante estadías prolongadas.
“Los centros colectivos desempeñan un papel fundamental para brindarles a las personas un lugar seguro para quedarse inicialmente, pero eventualmente las personas quieren algo más parecido a un hogar, donde tienen más espacio y privacidad”, dijo O’Loughlin.
A través de evaluaciones rápidas y datos secundarios, CRS determinó tres áreas de necesidad en toda la región:
- Alojamiento digno y económicamente sostenible.
- Ayuda en efectivo para cubrir los costos de vida.
- Servicios psicosociales, incluidos asesoramiento y otro tipo de apoyo para niños y sus cuidadores.
Con base en los datos de su evaluación, CRS continuará brindando alimentos y otros artículos esenciales para salvar vidas, junto con ayuda en efectivo y asesoramiento a las familias de refugiados. Mientras tanto, para abordar las necesidades a más largo plazo, CRS está trabajando con sus socios de la Iglesia local para sacar a las familias de los centros colectivos y ubicarlas en alojamientos separados. Esto requiere trabajar con los gobiernos locales para identificar a las personas que están dispuestas a abrir sus hogares a los refugiados y brindarles ayuda financiera para hacerlo. CRS también apoyará la programación mensual de asistencia laboral y en efectivo, cuando sea necesario. Además, para prepararse para otra posible afluencia de refugiados, CRS está trabajando con los gobiernos locales para preposicionar artículos de ayuda como camas, kits de higiene y cupones de alimentos.
La capacidad de ampliarse a diez países se debe al generoso apoyo de los donantes en los Estados Unidos, que han aportado 42 millones de dólares a la respuesta de CRS en Ucrania. El trabajo continuo y la presencia de la Iglesia y la red de Cáritas también hace posible este apoyo a gran escala.
“Es en las respuestas de varios países donde vemos la fortaleza de la red Cáritas y nos beneficiamos de nuestras asociaciones de larga data”, dijo Jennifer Poidatz, vicepresidenta de respuesta humanitaria de CRS. “La presencia y la capacidad existentes nos permiten escalar rápidamente la respuesta en todos los países”.
Aún así, la cantidad de personas que necesitan apoyo y la naturaleza prolongada de la crisis resaltan cuán crítico es brindar apoyo a largo plazo a los refugiados y las comunidades locales.
“A pesar de la enorme solidaridad de las personas y las comunidades, estamos empezando a ver la tensión y el estrés a medida que pasa el tiempo y crece el número de personas que necesitan apoyo y también aumenta el nivel de vulnerabilidad de quienes requieren apoyo”, dijo Poidatz.
La afluencia repentina de millones de nuevos refugiados en países de Europa del Este ejerce una enorme presión sobre los gobiernos y las organizaciones locales para que brinden apoyo. La carga financiera es significativa, sobre todo en Moldavia, que alberga a la mayoría de los refugiados ucranianos per cápita.
Para abordar adecuadamente la crisis de Ucrania, así como los impactos secundarios de la guerra en la inseguridad alimentaria mundial, CRS insta al Congreso a aprobar una financiación complementaria mayor que la propuesta por el gobierno.
“Como líder internacional, Estados Unidos debe romper el ciclo de pánico seguido de negligencia que tan a menudo vemos después del inicio de una emergencia. Si bien la guerra en Ucrania exige nuestra atención, no debemos olvidar las múltiples crisis de hambre que se avecinan en lugares como Yemen, Afganistán y el Cuerno de África”, dijo la declaración de CRS.