Informes iniciales apuntan a que esta semana el gobierno limitará el número de admisiones de refugiados en Estados Unidos a 45,000, la cifra más baja desde 1980.
Contacto: Nikki Gamer, CRS. Email. 410-951-7341. Comunicado en inglés.
27 de septiembre de 2017 – Catholic Relief Services (CRS) se opone al recorte previsto a la admisión de refugiados en Estados Unidos en un momento en el que existe un número sin precedentes de personas desplazadas en todo el mundo.
“Cuando nos encontramos ante cifras históricamente elevadas de personas inocentes que huyen de la violencia en todo el mundo, la respuesta de Estados Unidos no puede ser acoger a un número históricamente bajo de refugiados en nuestro país”, dice Bill O’Keefe, vicepresidente de relaciones gubernamentales de CRS.
“Tenemos los medios para ayudar a los refugiados allá donde están y para recibir en nuestro país, en calidad de refugiados, a un número mucho mayor de los más vulnerables. En estos momentos en los que hay tantas personas huyendo de tanta violencia, debemos seguir cumpliendo nuestra responsabilidad de acoger a nuestros hermanos más vulnerables. Nuestro país es el más indicado para ello y tenemos el deber de hacerlo”.
Informes iniciales apuntan a que esta semana el gobierno limitará el número de admisiones de refugiados a 45,000, la cifra más baja desde 1980.
CRS trabaja con miles de los refugiados más vulnerables que han estado esperando por la reubicación en un tercer país durante años y, para muchos de ellos, este límite en la acogida puede significar el fin de su esperanza en un futuro mejor.
Países que cuentan con pocos recursos, como Jordania, Líbano y Uganda están recibiendo una carga desproporcionada de refugiados. En Líbano, una de cada tres personas es un refugiado y los recursos del país están prácticamente al límite. En Uganda se encuentra el mayor campo de refugiados en todo el mundo en la actualidad, el cual alberga a dos millones de refugiados de Sudán del Sur.
“Estados Unidos apoya con generosidad a las personas refugiadas en esos países, pero las más vulnerables de ellas nunca podrán regresar a sus hogares y necesitan que les proporcionemos seguridad y la posibilidad de un futuro aquí”, dijo O’Keefe.
Las nuevas medidas que se espera que tome el gobierno llegan en la misma semana en la que el Papa Francisco lanzó una campaña mundial sobre la migración, la cual fue anunciada en el Vaticano el miércoles. En Estados Unidos, CRS y Catholic Charities USA están desplegando dicha campaña, Compartir el viaje, en coordinación con un gran número de obispos de todo el país. Se trata de una labor de dos años encaminada a concienciar sobre la difícil situación de la comunidad de refugiados y cambiar el discurso público, con frecuencia negativo.
“Una vez más, el Santo Padre nos reta a dar muestras de nuestra solidaridad con todas aquellas personas desarraigadas y desplazadas, obligadas a abandonar sus hogares a causa de la violencia y la pobreza. Debemos ayudarlas y acogerlas en nuestras comunidades”, dijo Sean Callahan, presidente y director ejecutivo de CRS, quien asistió hoy al lanzamiento de la campaña en el Vaticano.
“Tenemos una oportunidad única de fundar una generación de pacificadores basada en las personas que reciban nuestra generosidad y debemos actuar ahora mismo como una Iglesia mundial que proporciona esperanza a todos los necesitados”.