Centroamérica se destaca como una de las principales regiones productoras de café a nivel mundial, aportando el 10% de la producción global. En la región, el cultivo de café es de vital importancia, ya que representa el sustento de casi una cuarta parte de la población, incluyendo a hogares de bajos ingresos que cubren sus necesidades alimentarias gracias a la producción de café.
Además de ser un importante reglón de la economía centroamericana, también tiene un significativo impacto en el medio ambiente, especialmente en la conservación del agua y la biodiversidad. Los bosques cafetaleros de Centroamérica son la fuente del agua que consumen más de 9 millones de personas y coinciden con áreas de gran importancia para la conservación de la fauna y la flora.
Sin embargo, la degradación ambiental ha puesto en riesgo la producción de café, amenazando los medios de vida de miles de familias y creando una espiral de pobreza en las comunidades rurales, que ya no logran obtener las cosechas de tenían antes. Según la Organización Mundial del Café (OMC), el 60% de las especies de café en el mundo están en peligro de extinción.
¿Cómo afectan los eventos climáticos extremos a la producción de café?
Están poniendo en riesgo la producción de alimentos en la región. El café es uno de los cultivos más vulnerables, lo cual ha resultado en una significativa caída en su calidad y producción, poniendo en riesgo el sustento de las familias rurales.
75 de las 124 especies de café en el mundo están en peligro de extinción hoy.
Las temperaturas extremas y las sequías están marchitando el grano de café y secando sus árboles. Adicionalmente, las altas temperaturas y los patrones impredecibles de lluvia han incrementado la incidencia de enfermedades que atacan los cultivos, tales como la roya y la broca.
Esta situación mostró su potencial destructor en Centroamérica con la infestación del hongo de la roya entre los años 2012 y 2013, el cual se dispersó en la región a una velocidad sin precedentes, arrasando con cerca de 500 mil hectáreas de cultivo y más de 260 mil empleos.

Las variedades locales eran muy susceptibles a la roya y el fenómeno se convirtió en una catástrofe debido al incremento de las temperaturas y la humedad en las zonas de cultivo. Los caficultores de la región aún hoy se están recuperando de esta crisis.
Adicionalmente, los eventos climáticos extremos también han afectado la maduración uniforme de los granos en las plantas, lo cual dificulta su recolección, impacta la calidad del café (por no alcanzar su maduración óptima) y su posterior valor en el mercado.
¿Qué impacto tiene la degradación del medio ambiente en los cultivos?
Los bosques cafetaleros también enfrentan la amenaza de que el 70% de las tierras cultivables de Centroamérica están degradadas. Las prácticas agrícolas tradicionales que mantienen los suelos sin cobertura orgánica, la deforestación, la quema del rastrojo y el uso inapropiado de fertilizantes han dejado a estas tierras sin capacidad para retener la humedad y los nutrientes necesarios para el cultivo del café.
La falta de nutrientes en las plantas afecta su productividad y motiva a los agricultores a aumentar las dosis de fertilizantes, lo cual es una práctica inapropiada porque altera el PH del suelo y su fertilidad.

Desafíos adicionales en el horizonte
A los desafíos ambientales de Centroamérica se suman el alto costo de los insumos agrícolas y el bajo precio internacional del café.
Los conflictos internacionales y la inflación de los últimos años han elevado los costos de los insumos agrícolas y los fertilizantes, por lo cual los productores de café están aplicando menores cantidades a sus cultivos. Esta reducción del uso de insumos afecta la producción y la robustez de las plantas, que, como consecuencia, se vuelven cada vez más vulnerables a las enfermedades.
También se ha presentado una disminución de la demanda global de café la cual provocó una caída significativa en su precio internacional, impactando económicamente a los caficultores. Los conflictos globales han sido también una causa de este fenómeno, ya que han afectado la cadena de suministros y la disponibilidad de las compañías navieras para garantizar el comercio global.

¿Qué importancia tiene el café para el medio ambiente?
En Centroamérica, las fincas de café y sus bosques de sombra se sitúan en zonas estratégicas de recarga hídrica, como ríos y arroyos. La desaparición del café podría ocasionar escasez de agua, lo que constituiría una amenaza para la subsistencia de las poblaciones que habitan en estas áreas.
El agua que beben 9 millones de centroamericanos depende de los bosques de café.
Al mismo tiempo, la ubicación de los cultivos de café cerca de las fuentes de agua puede representar un riesgo ambiental. Los métodos convencionales para lavar el café en los beneficios son dañinos para las fuentes de agua. Estas prácticas suelen utilizar grandes cantidades del preciado líquido y las aguas mieles que quedan después del lavado del café termina en contaminación del agua en ríos y arroyos.
También las pulpas que resulta de su procesamiento son altamente contaminantes, ya que emiten gas metano, el cual contribuye al calentamiento. De ahí que sea fundamental que los caficultores utilicen prácticas sostenibles de producción de café que protejan los recursos naturales.
¿Qué está haciendo Catholic Relief Services para apoyar a los caficultores afectados por esta situación?
La iniciativa de Cosecha Azul de CRS apoya a los caficultores en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua para que adopten prácticas sostenibles de producción de café que protegen el medio ambiente y facilitan la resiliencia climática de los cultivos.
En las fincas, promovemos el uso de prácticas de agricultura de conservación que permiten restaurar los suelos y mejorar su fertilidad. También promovemos el uso eficiente del agua durante el procesamiento del café para evitar la contaminación del agua en ríos y arroyos.

En los cultivos ubicados en zonas de recarga de las fuentes de agua críticas para el consumo de las comunidades rurales, promovemos prácticas para su protección y conservación, vinculando a agricultores, cooperativas, comités comunitarios de agua y gobierno local.
A través de Cosecha Azul también ayudamos a los caficultores a mejorar el rendimiento de sus cultivos y la calidad de su café, y a conectarse con mercados dispuestos a pagar mejor por cosechas que son producidas protegiendo los recursos naturales.
Actualmente, 5,500 productores de café de Centroamérica implementan las prácticas Cosecha Azul de conservación del suelo y el agua, y procesamiento sostenible del café, y más de 110 mil hectáreas de zonas de recarga hídrica han sido protegidas a través de esta iniciativa.
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