“Ellos han perdido todo.”
Ustedes han visto las imágenes al mismo tiempo que los presentadores de noticias pronuncian estas palabras después de un desastre-personas de pie frente a casas derribadas por el viento, arrasadas por el agua o derrumbadas al suelo por la tierra temblorosa. No queda nada.
Pero así como podrán dar testimonio los sobrevivientes del super tifón Haiyan, las personas en estas circunstancias pierden mucho más que paredes, techos, camas, mesas, ropa, libros y fotos. Los desastres también arrebatan la tranquilidad, la capacidad de dormir, los sentimientos de seguridad y protección, un sentido de control y la esperanza.
A medida que Catholic Relief Services trabaja para proporcionar refugios de transición a raíz de Haiyan, la tormenta más poderosa que jamás haya azotado Filipinas, también estamos ayudando a las personas a sentirse seguras y en control de su futuro.
“CRS decidió en contra de un enfoque repetitivo, de diseño único a los refugios de transición después de Haiyan,” comentó Josh Kyller, coordinador de la respuesta al super tifón. “Hay tantas variables – entornos urbanos y rurales, diferentes niveles de daño a las viviendas de las personas, propiedad de la tierra poco clara, zonas de no-construcción que requieren el traslado de las personas – todos esos factores significan que tenemos que pensar creativamente acerca de la situación particular de cada vecindario y familia”.
Las familias incluyen aquellas como la de Anita Punay, que recibió ayuda para construir una nueva casa.
“Es mejor dormir en mi casa nueva,” dijo Anita. “Mi antigua casa estaba a lo largo del rio, y fue completamente destruida por [Haiyan]. Hicimos una casa improvisada en el mismo lugar. Era sólo estaño recuperado y lona, y muy calurosa. Durante las fuertes lluvias, el agua entraba al refugio y lo debilitaba.”
Anita y su familia—su esposo e hijastro de 13 años—eran buenos candidatos para un subsidio para construir una nueva casa porque ya tenían un terreno en tierras más altas. La familia recibía efectivo en incrementos a medida que terminaban cada etapa de construcción. Un ingeniero de CRS revisaba para asegurar que la familia estuviera utilizando técnicas de construcción resistentes a los desastres.
Anita sabía lo que quería en su nueva casa y opinó sobre el diseño que funcionaría mejor para su familia. Ella ya tiene planes para una ampliación, incluyendo una pequeña tienda donde la familia pueda vender refrigerios y bebidas.
“Es bueno que hemos recibido los subsidios para reconstruir”, dijo Anita. “Mi esposo, un plomero, solía ganar [7,86 dólares] al día. Ahora, él sólo ha podido encontrar trabajo como obrero y ha traído a casa alrededor de [5,62 dólares] al día. Eso no es suficiente para vivir. Nunca hubiéramos podido ahorrar lo suficiente para construir una casa por nuestra cuenta.”
Para algunas familias como la de Anita, los subsidios en efectivo para construir su propio diseño son la mejor opción. Para otros, que tienen que reconstruir en sitios con retos particulares, los ingenieros de CRS ayudan a crear un diseño que se ajuste a sus necesidades y que puede ser reconstruida de forma segura en su terreno.
Leslie Montanejos, una joven madre esperando el nacimiento de su tercer hijo en cuestión de semanas, dice que su tierra en el vecindario Cangumbang de Palo tiene un drenaje deficiente y se inunda a menudo. Eso significaba que los diseños de refugios de transición estándar-construidos sobre la tierra-no eran una buena opción. Los ingenieros recomendaron un diseño en relieve para toda la zona. Un capataz entrenado por CRS supervisó las cuadrillas de trabajo que construyeron refugios para el grupo de familias.
“Estoy tan emocionada de mudarnos a nuestra nueva casa mañana”, dijo Leslie. “El nuevo bebé tendrá un hogar limpio y fuerte cuando nazca.”
El diseño en relieve utiliza materiales de origen local y naturales, incluyendo paredes de bambú tejidas y la madera de los cocoteros caídos en la tormenta. Es fácil de personalizar y Leslie ya tiene modificaciones previstas para su nueva casa.
“Voy a demoler nuestra casa temporal, la que monté justo después de la tormenta, y utilizar esos materiales para hacer una cocina para nuestra nueva casa”, dijo ella. “También sé dónde voy a colgar la hamaca para que pueda dormir el nuevo bebé. Vamos a añadir un pasamanos a las escaleras de inmediato, y una cortina para hacer un lugar separado para dormir.”
Leslie sonríe al hablar de lo que va a hacer por primera vez después de mudarse.
“No puedo esperar para decorar la casa”, dijo ella. “Voy a colgar cortinas, barnizar el exterior y añadir tapetes. Mi color favorito es el rosa. Cualquier cosa que pueda encontrar en rosa, lo voy a elegir.”
Personalizar su nueva casa también está en la mente de Jessica Fernández, madre de cuatro hijos que está esperando ansiosamente para que su nueva casa sea terminada en unos días. Ella eligió un diseño de refugio con paredes que tienen bloques de cemento en la parte inferior y madera contrachapada en la parte superior. Un capataz entrenado por CRS está supervisando un grupo de cinco trabajadores y un carpintero que trabajan en la casa de transición.
“Mi vecindario se llama Teraza, por Santa Teresa”, explicó Jessica. “Su día de fiesta es muy pronto, y todo el vecindario va a celebrar. Ahora muchos de nosotros tendremos nuevas casas antes del día de fiesta, esto hará que la celebración sea aún más especial.”
Independientemente del diseño o ubicación, las casas ofrecen a estas familias más que un lugar seco, privado para vivir. Proporcionan una sensación de seguridad y paz. Familia tras familia dice que eso es lo que más les gusta de su nuevo hogar.
“Me siento más segura en esta nueva casa, ya que es fuerte”, dijo Anita Punay. “Estoy agradecida por las personas que nos dieron… un lugar tranquilo para dormir.”
Jennifer Hardy es asociada regional de comunicaciones de la región de Asia y los países de la costa del Pacífico para CRS. Su oficina está en Phnom Penh, Camboya.