Como consecuencia del terremoto en Haití, que inspira a una hermana en la fe.
Dos palabras resumen la primera experiencia de paracaidismo de la Hermana Jane Meyer ¡absolutamente emocionante!
Hermana Jane Meyer, denominada “La monja voladora” admite estar asombrada de su valor para saltar, especialmente en vista de que la reacción inmediata que tuvo cuando su escuela le pidió saltar en paracaídas fue “¡de ninguna manera!”.
Como alguien que siempre anima a sus maestros y estudiantes a crecer y vivir cosas nuevas, dice que tenía que predicar con el ejemplo.
Por tanto, se comprometió a saltar si su escuela recaudaba $25,000 para contribuir a la respuesta de Catholic Relief Services en Haití.
Para sorpresa suya, la escuela, que había recaudado exitosamente $18,000 en 2005 para contribuir a la respuesta de CRS tras el desastre que dejó el tsunami en el Océano Índico, esta vez rompió un record al recaudar $90,000 para ayudar con la respuesta de CRS en Haití.
Después de exceder ampliamente su objetivo, la comunidad de St. Agnes celebró su victoria y aguardó ansiosamente a que la Hermana Jane cumpliera su promesa.
Y así lo hizo. El 14 de febrero de 2010 es un día que, dice ella, jamás olvidará.
“Fue una experiencia intimidante. Literalmente tuve que entregar mi vida”, relata. “Estuve asustada todo el tiempo y no me creía que de verdad yo iba saltar en paracaídas”, confiesa.
Pero, a 3,500 metros de altura, la Hermana Jane se lanzó de cabeza y dio el mayor salto de fe de su vida. Para ella, fue un salto en nombre de los que sufren en por el terremoto de Haití.
“Tan pronto se abrió el paracaídas, era todo tan hermoso, y me mantuve exclamando ‘¡gracias, Jesús!’ “, recuerda la hermana.
En tierra la esperaba un grupo grande que incluía camarógrafos, periodistas, familiares y estudiantes que llevaban camisetas con la leyenda: “Es un pájaro, es un avión –es una dominica– la Hermana Jane que salta”.
“El apoyo de la comunidad fue increíble”, cuenta la Hna. Jane. “Estoy muy orgullosa de nuestros estudiantes, que usaron sus talentos para ayudar a los necesitados. Parte de nuestra misión en St. Agnes Academy es la justicia social, y fue algo inspirador ver esto en plena acción”, agrega.
La Hermana Jane dice que meses después del salto todavía le preguntan cómo pueden continuar contribuyendo y ayudando al pueblo de Haití.
“Mi respuesta siempre es: envíen un cheque a Catholic Relief Services“, dice. “Me sentí muy comprometida con CRS después de visitar sus proyectos en Ghana y constatar la ayuda que se suministra a personas que viven más allá de nuestras fronteras”.
La Hermana Jane manifiesta que se sintió más impresionada con el hecho de que CRS contrata personal local para manejar los programas.
“Esto me dio la confianza de que CRS realmente llega a aquellos que más lo necesitan y trabaja con las personas para buscar soluciones a sus propios problemas”, explica.
La hermana Jane puede indicar muchas razones para haber saltado en paracaídas, pero dice que la fundamental fue recordarle a la gente que somos una sola familia humana.
“Somos hijos de Dios y todos somos hermanos y hermanas”, dice. “Mi mensaje es que no teman probar cosas nuevas y estimular a las personas a expandir su corazón más allá de sus fronteras”, agrega.
Carla E. Aguilar es encargada de programas de promoción, en la oficina regional suroeste de CRS, en San Antonio,