Jaqueline Romo
Vengo de un pequeño pueblo en Jalisco, México. Mi mamá sabía que no sería capaz de mantenernos y darnos estudios. Cuando yo tenía dos años, ella nos trajo a mi hermana y a mí a Chicago para reunirnos con mi padre. Él fue deportado y fue entonces cuando mi familia se acercó más a la Iglesia católica y decidí convertirme en una defensora de los migrantes.
Este proceso comenzó por no tener miedo a compartir mi historia personal cómo DREAMer o joven indocumentada. Da miedo, pero pensé: “¿qué puede salir mal de todo esto?”. Fui invitada a muchos lugares para representar lo que muchos en mi comunidad hispana no estaban dispuestos a ser. Y dije: “Bueno, ¿qué es lo peor que puede pasar? Me devolverán a México, un lugar al que siempre he querido ir”.
En mi proyecto de tesis de último año de Diseño Gráfico, quise representar el impacto de las políticas de migración y a las personas indocumentadas, que viven con tanta vulnerabilidad. También fusionar muchos aspectos de mis propias experiencias, que he vivido con esperanza. Mi proyecto se llamó “La pasión de la monarca migrante”. En la obra, el personaje principal siempre es Jesús, representado con la mariposa monarca; pero, simultáneamente, la mariposa también representa el cuerpo del migrante, que tiene que sobrevivir un viaje para cruzar la frontera por sus futuras generaciones.
Mis experiencias me han enseñado que conectarme con mis raíces me ha llevado a conectarme con mi fe. Estoy estudiando una maestría en teología hispana y recientemente conseguí un trabajo en una escuela preparatoria católica en Chicago, haciendo ministerio universitario.
Para mí, vivir mi fe extraordinariamente es hacer esos pequeños cambios en nuestra vida que nos traen paz. En mi caso es construir comunidad, escuchar y actuar con amor y compasión por los demás.
Mientras celebramos el Mes de la Herencia Hispana, estoy orgullosa de mi cultura latina, todas las experiencias que he tenido. Agradezco cuán fuerte es mi comunidad hispana, que ha podido hacer su presencia en este país.
Sigo apoyando a CRS porque el servicio a los demás no es fácil y, como yo, CRS aboga por los derechos de los migrantes.
Se necesitan recursos económicos y no sólo trabajo físico para cumplir su misión. ¡Te invito a unirte a CRS para celebrar nuestras raíces y resiliencia hispanas!