Jóvenes Constructores ayuda a los jóvenes a cobrar confianza en sí mismos y a recibir una formación académica apropiada y habilidades de trabajo.
por Rebekah Kates Lemke
“Yo estaría en la cárcel, y ¿quién sabe por cuánto tiempo?”
Jorge*, que hablaba a un grupo de líderes de pastoral juvenil de visita en El Salvador desde los Estados Unidos, había pasado la noche anterior en la cárcel. Fue liberado sólo porque tenía una tarjeta de identificación de su trabajo—un trabajo que había conseguido gracias al programa de Jóvenes Constructores de Catholic Relief Services.
A diferencia de Jorge, uno de cada cuatro jóvenes salvadoreños entre las edades de 15 a 24 años no trabaja o va a la escuela. Es uno de los países más peligrosos del mundo, con disputas territoriales entre bandas rivales que alimentan una cultura de delincuencia y violencia. La policía de El Salvador a veces realiza redadas para desalentar la actividad de las pandillas, y los adultos jóvenes pueden ser detenidos por su apariencia, o por la relación de sus familiares o compañeros con las pandillas, más que por cualquier cosa que han hecho mal.
Al parecer ese fue el caso de Jorge. Él dice que la policía lo arrestó en su casa mientras preparaba la cena. Él les dijo que había estado en su trabajo todo el día; sin embargo, lo llevaron a la cárcel local, lo interrogaron y lo detuvieron toda la noche.
Un familiar fue capaz de presentar la tarjeta de identificación del trabajo de Jorge y demostrar que tiene un empleo. Él fue puesto en libertad a las seis de la mañana del día siguiente y llegó a tiempo a su trabajo más tarde esa mañana.
Jorge dice que fue presentado a Jóvenes Constructores—que en última instancia le ayudó a conseguir un empleo—por su tío, que se había asociado con líderes de pandillas pero quería una mejor vida para su sobrino.
“Es profundo, y demuestra las esperanzas y los sueños de la gente en El Salvador. También demuestra el nivel de compromiso. Sería fácil rendirse cuando el establecimiento la comunidad y las pandillas trabajan en su contra. Ellos están tomando el control de sus vidas de modo que las pandillas no los controlan,” dice Ted Miles, gerente de relaciones de CRS para los jóvenes y la educación.
Las escuelas en El Salvador están cada vez más controladas por las pandillas, al igual que los camiones urbanos en los que muchos niños tienen que viajar todos los días para ir y venir a la escuela. Muchos jóvenes abandonan sus estudios.
Mientras tanto, la inseguridad y la violencia ahuyentan la inversión extranjera y hacen que los negocios sean más caros y más complicados. El Banco Mundial estima que El Salvador pierde un 10.8 por ciento de su PIB cada año debido a la delincuencia y la violencia.
Perdidos entre las estadísticas están los jóvenes. Los padres de familia en muchas partes de El Salvador se sienten impotentes para proteger a sus hijos.
Ahí es donde entra Jóvenes Constructores. El programa involucra a jóvenes y adultos jóvenes, como Jorge, en la solución de estos problemas. Invita especialmente a los que no van a la escuela o no tienen un empleo en algunos de los vecindarios más duros de El Salvador a participar. Con base en un enfoque que se originó en Harlem, Nueva York, en la década de los sesenta, Jóvenes Constructores ofrece vida, habilidades para el trabajo y capacitación empresarial; el reingreso a la escuela; la inserción laboral; y servicios sociales para niños y niñas. Los participantes en el programa de seis meses se gradúan con un mayor sentido de autoestima.
Jóvenes Constructores ha llegado a más de 5,000 jóvenes en cuatro años. El ochenta por ciento de los graduados han encontrado ya sea trabajo, vuelto a la escuela, o ambos. Jorge es una de esas historias de éxito. Él trabaja en una tienda de ropa para mantener a su esposa e hijo.
Miles dirigió el viaje “Llamados a dar testimonio” a El Salvador para fomentar la sensibilización y la educación sobre el trabajo de la Iglesia en todo el mundo. La experiencia fue diseñada para mejorar la formación de la fe católica entre los ministerios juveniles en los Estados Unidos.
Él dice que programas como Jóvenes Constructores ofrecen a la gente joven dignidad y esperanza, a menudo por primera vez en sus vidas.
“Jóvenes Constructores cambia su estado de ánimo. Ellos descubren posibilidades en sus vidas, en ellos mismos, y en el mundo que los rodea. Ellos crean un plan y un sueño,” dice él. “CRS está regando una semilla de esperanza, manteniéndolos activos y dándoles la oportunidad de soñar.”
Jorge, y muchos como él, están por encima de la violencia que ven y están construyendo algo mejor. Los empleadores en El Salvador solicitan graduados de Jóvenes Constructores porque tienen confianza, se presentan bien, aportan habilidades de relaciones con clientes y, al igual que Jorge, llegan a tiempo … sea cual sea la situación.
*El nombre se ha cambiado por motivos de privacidad.
Rebekah Kates Lemke es productora digital para Catholic Relief Services. Ella tiene su sede en Baltimore, Maryland.