Los jóvenes de El Salvador prosperan gracias al café

Los jóvenes de El Salvador prosperan gracias al café

Para el joven emprendedor Brayam Rubio, el café representa mucho más que su bebida favorita para comenzar el día. Es su pasión, su medio de vida y la maravillosa oportunidad de realizar su sueño de ser empresario.

Brayam vive en El Refugio, un pequeño pueblo del departamento de Ahuachapán, El Salvador, donde su amor por el café lo llevó a desarrollar una acogedora y exitosa cafetería llamada también “El Refugio”.

Con gran ilusión, su emprendimiento comenzó con la apertura de un pequeño local de café. Debido a su falta de experiencia, en ese entonces Brayam iba a la deriva y no contaba con los conocimientos necesarios para manejar el negocio.

Pero todo cambió cuando logró obtener una beca de RENACER, una escuela de caficultura para jóvenes creada por Catholic Relief Services (CRS) y su socio COMAR, con la que completó un curso de barismo.

Un barista sonriente sirve una taza de café a una joven en la cafetería El Refugio en El Salvador.
Después de su capacitación en la escuela RENACER, Brayam ha transformado su cafetería, elevando la calidad de su café y al mismo tiempo protegiendo al medio ambiente. Foto por Oscar Leiva/Silverlight para CRS.

Esta formación en la elaboración de bebidas de café no solo despertó su interés en la industria, sino que lo motivó a seguir estudiando para conocer sobre otras áreas de la caficultura. Así aprendió sobre variedades del café, tipos de suelo y prácticas sostenibles de agricultura.

Gracias a estos conocimientos, Brayam transformó su pequeña cafetería en un establecimiento exitoso y sofisticado que hoy es el punto de encuentro de quienes buscan deleitarse con una taza de café de alta calidad.

“Empecé a participar en el curso de Administración de Fincas porque quería saber sobre el origen y las buenas prácticas detrás del café. Ahora, solo quiero vender café que sea amigable con el medio ambiente”, afirma.

Brayam representa una nueva generación de salvadoreños que han incursionado en la industria del café a través del barismo, una disciplina que la escuela RENACER ha identificado como la oportunidad de vincular a los jóvenes con la caficultura.

El enfoque de atraer a la juventud no solo asegura el relevo generacional en una actividad que está enfrentando dificultades para encontrar nuevos trabajadores, sino que también ayuda a reducir la deserción escolar, los altos niveles de pobreza y el desempleo que afectan a los jóvenes rurales.

Joven muestra con orgullo sus certificaciones en barismo y administración
Brayam logró graduarse en los cursos de Barismo, Control de Calidad y Administración de Fincas en la escuela RENACER de CRS y su socio COMAR en El Salvador. Foto por Oscar leiva/Silverlight para CRS.

Según la OECD, la tasa de desempleo juvenil de El Salvador era del 14% en 2021, casi tres veces mayor que la tasa nacional y un indicador de la significativa desigualdad que enfrenta los jóvenes para acceder a oportunidades laborales.

Para hacer frente a esta situación, RENACER ofrece programas de capacitación en administración de fincas cafetaleras, barismo y catación, brindándole a la juventud alternativas viables para establecer sus propios negocios o encontrar una oportunidad de empleo.

“El mundo del café es amplio, el joven tiene elección. Alguien puede ser bueno catando o en control de calidad. Se puede crecer en este mundo, solo hay que ser perseverante”, dice Brayam.

La formación que recibió Brayam despertó en él un profundo amor por la naturaleza, ayudándole a comprender la importancia de los cafetales en la conservación del medio ambiente y la adaptación al cambio climático. Esta nueva perspectiva lo inspiró a comprar una pequeña finca cafetalera con un amigo.

En el café, Brayam no solo ha encontrado una carrera próspera, sino también una manera de contribuir al desarrollo de su comunidad. Con su cafetería, genera empleos y, con su finca, protege los recursos naturales, implementando prácticas de agricultura sostenible.

De esta manera, Brayam se encuentra realizando el sueño de todo joven: tener oportunidades y un futuro esperanzador. “De aquí a cinco años, espero tener más sucursales, generar más empleos y tener una finca donde produzcamos nuestro café con las prácticas sostenibles que aprendimos en RENACER”, afirma.

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