Una meditación para que el Espíritu de Dios se mueva libremente en nosotros.
Oración para Meditar y Concientizar
A veces en la violencia y destrucción de nuestra vida diaria no debemos olvidar de como nuestro cuerpo nos habla. Como estamos libremente abiertos a que Dios se mueva en nosotros. Hoy vamos a hacer un momento para enfocarnos en este dia desde nuestro comienzo y ahora en su final. Nos enfocamos a dar atención plena. Atención plena a nuestros cuerpos, a la creación, inclusive al sol que sentimos, al viento, al aire que respiramos….
Primero tomemos un momento para tomar aire, inhalen profundamente mientras que cuento 1, 2, 3.
Suelten ese aire que revive…
Planten sus pies…sientan su fundación firme y sus raíces. Levanten las puntas de sus pies y bájenlas. Muevan sus tobillos, muévanlos desde las plantas de sus pies hacia los dedos del pie. Levanten sus brazos hacia el cielo… y estírense cómodamente.
Respiren en ese espacio, inhalen profundamente mientras cuento. 1, 2. 3 y exhalen, 1,2,3. Dios, Cristo, Espíritu. 1,2,3 Padre, Hijo, Espiritu.1,2,3, Señor, Cristo, Espíritu.
Nuevamente libremente envíen oxígeno a esa área que necesita su atención. Quizás su espalda, cuello, tobillos, ojos. Muévanse donde su cuerpo los llame.
Respiren profundamente, 1, 2, 3, Padre, Hijo, Espíritu. Estrechen sus brazos hacia afuera, toquen la mano de alguien a su lado y sientan al Señor moviéndose en ustedes. Regresen a su lugar de afianza y a plantar sus raíces inhalando, tomando de ese sol, de la brisa, y suelten el aire.
Terminando nuestro tiempo en oración, respiramos por último a nuestro propio paso, y contando hasta 3 en silencio mientras que respiramos. 1, 2, 3.
Respiramos un espacio para la resurrección.
Soltemos esa respiración contando 1, 2, 3,
Seamos conscientes de lo que necesitamos para mover la roca de la tumba…
Amen
Enciende una Vela Virtual
“En oración, Dios nos sigue llamando, abriendo nuestros corazones a la caridad.”
— Papa Francisco
Enciende una vela y reza por tus seres queridos y nuestros hermanos y hermanas de todo el mundo. Sus intenciones serán recordadas en la misa ofrecida en la Capilla de San Esteban en la sede mundial de Catholic Relief Services en Baltimore, Maryland.
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