Como católicos, rezamos y reconocemos que la oración es de suma importancia, un aporte invalorable para ayudar a los pobres en el extranjero. Lo invitamos a unirse a nosotros para llevarle a Nuestro Señor las siguientes intenciones y nuestro agradecimiento.
Presencia de Dios. Recemos, como hermanos y hermanas, para que Dios abra nuestros ojos y corazón para que podamos reconocer su presencia en todas las formas de vida.
Creación. Oremos —como hermanos y hermanas— por que todos los dones de la creación despierten en nosotros un sentido más profundo de atención y responsabilidad.
Derechos Humanos. Oremos por todos aquellos que sufren las consecuencias de la guerra, la violencia, el odio o los desastres naturales, y por aquellos que se encuentran injustamente privados de libertad o de las necesidades básicas para una vida humana digna.