BALTIMORE, MARYLAND, 22 de agosto de 2022 – Seis meses después de la invasión rusa a Ucrania, la guerra ha creado una crisis descomunal de desplazamiento y refugiados. Desde que comenzó la invasión en febrero, más de 11 millones de personas han cruzado la frontera ucraniana, mientras que casi cinco millones han regresado a Ucrania.
“El estado actual de estrés no es sostenible, ni para Ucrania, ni para sus países vecinos, ni para la comunidad internacional en general”, dijo Sean Callahan, presidente y director ejecutivo de Catholic Relief Service (CRS). “Tuve la oportunidad de visitar (la ciudad de) Lviv este verano y vi los pasos que la gente ha tomado para proteger sus hogares y comunidades: revistiendo sus parques con sacos de arena, cavando pozos en caso de que tengan que defender sus calles de una invasión. Es devastador saber que han tenido que vivir en este estrés constante”.
Además de proporcionar a las familias de refugiados ayuda inmediata tales como alimentos, refugio e información a las personas que cruzan las fronteras, CRS aborda la carga mental y emocional con la que viven miles de refugiados en toda la región. CRS brinda además asesoramiento, como terapias de arte a refugiados en países vecinos como Rumania. Adicionalmente, CRS también trabaja para satisfacer las necesidades a largo plazo de las personas afectadas por la guerra.
“Las familias que conocí que vinieron aquí a fines de febrero y marzo buscaban descansar la cabeza sobre una almohada en algún lugar y disfrutar de una ducha tibia y una comida caliente”, dijo Conor O’Loughlin, representante de país de CRS en Moldavia y Ucrania. “Ahora están tomando decisiones sobre quedarse en Moldavia o regresar a Ucrania, qué harán para trabajar y dónde irán a la escuela sus hijos”.
En Moldavia, CRS brinda a las familias asistencia para el alquiler durante al menos seis meses, así como ayuda en efectivo. CRS y sus socios de la Iglesia local también trabajan en Polonia, Rumania, Bulgaria, Eslovaquia, Croacia, Bosnia y Herzegovina y Montenegro, brindando servicios de vivienda, efectivo e integración. En Ucrania, prepararse para el invierno es una necesidad urgente, ya que muchos edificios y casas han sido destruidos.
“La carrera ha comenzado para hacer esas reparaciones ahora”, dijo O’Loughlin. “El costo de vida se ha disparado en Ucrania ejerciendo una enorme presión económica sobre las familias. Es urgente que hagamos todo lo que podamos ahora para asegurarnos de que la gente esté lista para el invierno”.
“Estamos muy preocupados por las implicaciones a largo plazo de esta guerra”, dijo Callahan. “Ya ha causado un daño inconmensurable, no solo al pueblo ucraniano, sino también a tantos países que dependen de las exportaciones ucranianas. Nuestro temor es que pasen años antes de que los afectados puedan recuperarse de esto”.