Por Sara A. Fajardo
Señales de progreso son evidentes en Puerto Príncipe: tiendas de productos de belleza y pequeños kioscos de comida florecen en los campamentos cubiertos con lona, las montañas de escombros están desapareciendo bajo el piquete constante de los trabajadores, y el Gobierno haitiano ha avanzado en la elaboración de una estrategia a largo plazo para sacar a la gente de los campamentos a los hogares. Haití, un país sacudido por un terremoto que destruyó la infraestructura, mató a un estimado de 230.000 personas y afectó a 3 millones, ha comenzado la ardua tarea de reconstruirse.
Mientras que la cobertura periodística de la devastada Puerto Príncipe puede haber menguado, el interés en Haití no. La comunidad internacional sigue trabajando con el objetivo común de construir una Haití autosuficiente. Los principios rectores de nuestro trabajo en Haití son tres: salvar vidas, ayudar a crear empleos y fortalecer la sociedad civil.
El programa de trabajo-por-dinero de Catholic Relief Services (CRS) ha empleado a más de 1.700 haitianos en los últimos tres meses.
Contratar a los residentes para ayudar a limpiar los escombros inyecta en la economía local un esencial flujo de efectivo. Que los participantes obtengan dinero en efectivo tiene un efecto dominó en la comunidad. Sus compras proporcionan trabajo a los comerciantes, quienes a su vez dan trabajo a los distribuidores, quienes a su vez proporcionar puestos de trabajo para los productores.
En el campamento provisional de Solino, los canales que rodean el asentamiento estaban llenos de basura, aguas negras y escombros. Con la amenaza del inicio de la temporada de lluvias, era imperativo limpiar los canales o el campamento estaría en riesgo de inundarse y aumentaría el brote de enfermedades. Los participantes del programa trabajo-por-dinero de CRS laboraron junto a la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por su sigla en inglés) y otras organizaciones en la limpieza de los canales que fueron considerados por las Naciones Unidas como uno de los cinco sitios más vulnerables de Haití.
Como parte de una campaña de salud pública en curso para frenar la propagación de enfermedades, CRS Haití contrató al artista urbano Gerry Rosembert para pintar anuncios con grafitis en la ciudad recordándole a la gente lavarse las manos. La ilustración de Rosembert de una gota de agua cayendo de un mapa estilizado de Haití se convirtió en una representación icnográfica del dolor de los haitianos en los días posteriores al terremoto. Esta campaña de salud —junto con la distribución de botiquines de higiene, la instalación de sistemas de agua potable, drenaje, saneamiento, bombas de mano y la gestión de los residuos en los hacinados campamentos provisionales— será crucial en los próximos meses cuando se inicie la temporada de lluvias y la salud de millones de los desplazados esté en peligro.
Para ayudar a los agricultores a restablecerse después del terremoto, CRS efectúo dos grandes ferias de semillas en la región sur de Haití. CRS proporcionó a los campesinos vales y los conectó con comerciantes locales, quienes intercambiaron los vales por semillas, fertilizantes e insumos. El programa permite a los agricultores comprar lo que más necesitan. Se utilizó los existentes canales comerciales en vez de inundar el mercado con semillas, lo cual ponía en peligro la economía local.
CRS también está trabajando con los agricultores para evitar la erosión del suelo, ayudándoles a intercalar árboles de fruta con sus cultivos anuales regulares. Esta estrategia proporciona ingresos a corto plazo, al tiempo que previene la futura erosión del suelo mediante la protección de los deslizamientos de tierra que asolaron Gonaives, Haití, hace un poco menos de dos años.
Durante los próximos cinco años, CRS planea invertir 200 millones de dólares en acciones de respuesta para esta emergencia. El gran apoyo ha sido nada menos que impresionante. Hasta la fecha, hemos recibido más de 120 millones de dólares en donaciones privadas. En los últimos meses hemos añadido 175 empleados de tiempo completo para ayudar a los 303 empleados haitianos que trabajaban allí antes del terremoto. Sus habilidades son esenciales para nuestros esfuerzos de reconstrucción y para la reconstrucción de la clase profesional de Haití, que colapsó junto con gran parte de la capital del país hace tres meses.
Las cifras de ayuda que CRS ha ofrecido a tres meses del terremoto incluyen:
- más de 700.000 personas alimentadas
- 45.000 pacientes ambulatorios atendidos
- 480 cirugías complejas realizadas
- 80.000 personas resguardadas mediante los paquetes para refugios de emergencia de CRS
- 42.550 personas que beneficiadas de las letrinas, duchas y agua provista por CRS
Nuestro trabajo, sin embargo, apenas está comenzando, y en los meses y años venideros CRS continuará ayudando al pueblo haitiano mientras camina junto a ellos hacia la senda de la autosuficiencia.
Sara Fajardo es la asociada de comunicaciones de la región de América Latina y el Caribe para Catholic Relief Services. Su oficina está en la sede mundial en Baltimore, Maryland.