Por Robyn Fieser
Han pasado casi dos años desde que un devastador terremoto sacudió la capital de Haití, Puerto Príncipe, y sus alrededores. Durante semanas, las escenas de destrucción dominaron las noticias. Aunque las cámaras han desaparecido hace tiempo, el trabajo de Catholic Relief Services (CRS) y nuestros socios de la Iglesia en Haití continúa. La respuesta humanitaria, que comenzó solo horas después del terremoto, permanece retadora y compleja. Durante los últimos dos años, ha pasado de únicamente la provisión de alimentos de emergencia y suministros médicos a ser un conjunto de programas a largo plazo que fomenta el liderazgo local y ayuda a las comunidades haitianas a dirigir su propia recuperación y desarrollo.
Hoy en día, CRS ayuda a muchos de los dos millones de haitianos que quedaron sin hogar por el terremoto a trasladarse de los campamentos a sus casas y a reconstruir sus comunidades al proporcionarles un paquete de servicios que incluye refugio, agua potable, saneamiento, demolición, retiro de escombros y reparación de viviendas. A través de nuestro principal Programa para el Re asentamiento de la Comunidad y la Recuperación (Community Resettlement and Recovery Program, en inglés) CRS y nuestros socios han construido más de 10.600 refugios temporales. Las robustas pero modestas casas, resistentes a terremotos y tormentas, son el hogar de unas 55.000 personas.
Ayudamos a los residentes de un campamento a encontrar condiciones de vida seguras otorgándoles subsidios para alquiler por un año. Los residentes participaron en un curso de seis semanas que les proporciono capacitación en diversos temas, desde la administración financiera hasta la resolución de conflictos. Al final del curso, cada familia elaboró un plan para hacer frente a los desafíos del futuro y recuperar el control de sus vidas. Para ayudarlos a salir adelante, CRS esta proporcionando un seguro médico básico de seis meses así como apoyo a la educación.
La creación de empleos y otras actividades que generen ingresos es clave para ayudar a los haitianos a retomar el camino. A través de un proyecto innovador, los haitianos están creando negocios de los escombros a su alrededor. Los empresarios en el proyecto Escombros para la Reconstrucción (Rubble to Reconstruction, en inglés) y los empleados que contratan utilizan trituradoras de manivela para convertir los escombros de viviendas dañadas en mezcla de concreto utilizado para construcciones nuevas. CRS compra la arena y grava de estos empresarios y utiliza estos materiales en los cimientos de los refugios temporales y las letrinas que construimos. En este proceso, los trabajadores se ganan la vida y aprenden a manejar un negocio próspero. A medida que el proyecto ha madurado, los empresarios han incrementado el número de trabajadores para mezclar el cemento y fabricar bloques de cemento para su venta en el mercado local.
CRS además esta ayudando a reactivar las pequeñas empresas mediante la concesión de subsidios e impartición de formación empresarial a cientos de empresarios que perdieron su negocio durante el terremoto o tienen buenas ideas para poner en marcha otros nuevos negocios. En algunos barrios, ayudamos a los empresarios a crear centros de reciclaje que pagan a miembros de la comunidad por llevar su plástico reciclable. Estamos ayudando a personas que son demasiado pobres para acceder a préstamos de los grupos comunitarios de ahorro. Compuesto principalmente por mujeres, los grupos dan a los miembros una manera de ahorrar y tener acceso a créditos, a medida que toman prestado de los ahorros según sea necesario para pagar gastos relacionados con el cuidado de la salud o la educación.
Fuera de los centros urbanos del país, la recuperación dependerá de una mayor actividad agrícola. Alrededor de dos tercios de los haitianos son agricultores que simplemente no pueden cultivar alimentos suficientes sobre una base regular para cubrir sus necesidades. Después del terremoto, muchas familias en las zonas rurales tomaron la presión añadida de apoyar a más personas que perdieron sus hogares. Con fondos del gobierno de los Estados Unidos, CRS continúa su enfoque previo al terremoto de ayudar a las familias en la península sur de Haití a mejorar su productividad agrícola y proteger los recursos naturales. Para ayudar al crecimiento de la afligida industria del mango y del café en Haití, CRS trabaja con más de 5.000 agricultores para mejorar las prácticas de producción y procesos y enlazarlos con los mercados más lucrativos.
Gracias a su generosidad y apoyo continuo, Catholic Relief Services ayuda a más de 10.000 familias a volver a establecerse en Puerto Príncipe. Al permitir a las familias desplazarse a casa con seguridad y ganarse la vida de nuevo, CRS contribuye a reducir el número de personas desplazadas que viven en los campamentos. Nuestro reto ahora es seguir ayudando a las familias haitianas a recuperar el control de sus vidas y a salir por si mismos de la pobreza.
Robyn Fieser es la asociada regional de comunicaciones de la región de América Latina y el Caribe para Catholic Relief Services. Su oficina está en Santo Domingo, República Dominicana.