BALTIMORE, MARYLAND, 31 de julio de 2023 – Catholic Relief Services (CRS), la agencia de ayuda humanitaria y para el desarrollo internacional de la Iglesia Católica de los Estados Unidos alertó sobre las crecientes amenazas que enfrentan los países en desarrollo debido al doble desafío que El Niño y el cambio climático representan, especialmente para los países que se encuentran en estado catastrófico de inseguridad alimentaria.
La semana pasada, la Organización Meteorológica Mundial, la agencia de las Naciones Unidas para el clima anunció el comienzo de El Niño, un fenómeno climático natural que históricamente ha provocado una interrupción de los patrones climáticos y ha aumentado drásticamente las temperaturas globales.
Los eventos de El Niño están asociados con un aumento de las precipitaciones en el este de África y graves sequías en el sur de África, Indonesia y Centroamérica. Se espera que este año El Niño se mantenga fuerte hasta principios de 2024.
“No podemos ignorar los riesgos e impactos amplificados que los efectos combinados de El Niño y el cambio climático van a generar sobre el hambre. Es fundamental que los líderes mundiales actúen agresivamente para evitar un sufrimiento incalculable”.
Sean Callahan, presidente ejecutivo de CRS.
Según el Informe mundial sobre las crisis alimentarias de las Naciones Unidas, más de 250 millones de personas en 58 países se enfrentaron a una inseguridad alimentaria grave en 2022, el cuarto año consecutivo en el que aumentó el número de personas que necesitan ayuda alimentaria. Sudán del Sur, Haití y Afganistán fueron citados entre los países con crisis alimentarias de mayor gravedad.
“Tememos que El Niño de este año puede alterar aún más los sistemas alimentarios, los patrones migratorios y la estabilidad en lugares que ya enfrentan una hambruna masiva”, dijo Shaun Ferris, asesor técnico principal de CRS para la agricultura, medios de vida y mercados en África Oriental. “Los eventos de El Niño y La Niña son como enormes ventiladores que soplan sobre los océanos que se calientan constantemente, alterando los patrones climáticos en lugares donde incluso el más mínimo cambio puede significar un desastre para quienes viven de la tierra”.
En 2019, el Papa Francisco declaró una “emergencia climática” mundial, advirtiendo sobre los peligros del calentamiento global y que no actuar con urgencia para reducir los gases de efecto invernadero sería “un acto brutal de injusticia hacia los pobres y las generaciones futuras”. El sumo pontífice dijo: “El clima es un bien común, de todos y para todos”.
CRS y sus socios locales están fortaleciendo la capacidad de las comunidades para adaptarse al cambio climático, al mismo tiempo que piden al Congreso y a la Administración que aumenten drásticamente los fondos para programas que faciliten la adaptación al cambio climático como parte del presupuesto federal.
Según las Naciones Unidas, la financiación internacional para la adaptación, con poco más de 20 mil millones de dólares al año, está muy por debajo de lo que se estima que necesitan los países en desarrollo.
“El Niño pone un signo de exclamación sobre la necesidad de más financiamiento para la adaptación al cambio climático”, dijo Callahan. “El año pasado, un tercio de Pakistán estaba bajo el agua. Este año, las olas de calor en India están convirtiendo ciudades como Nueva Delhi en un horno. Sin una acción colectiva urgente y una inversión sustancial en adaptación y resiliencia, estos fenómenos climáticos seguirán siendo una carga desproporcionada para los menos capaces de soportar sus devastadores impactos”.
Obtenga más información sobre la campaña de cambio climático de CRS y las recomendaciones de políticas públicas.
